Ingresos de los chilenos se estancaron en 2016 y la brecha de género se volvió a ampliar
El promedio nominal de los ocupados subió 2,4% a $ 517.540 el año pasado y el real cayó 0,5%.Mujeres ganaron 31,7% menos que los hombres.
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Ni la inflación más baja con la que terminó el año ayudó a impulsar los sueldos en el país durante 2016. Así lo reveló la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la cual arrojó que el ingreso medio de los ocupados chilenos llegó a $ 517.540 mensual, lo que implicó una variación anual de 2,4% nominal y -0,5% real.
Y apenas el 28,6% supera ese promedio, ya que el 71,4% de las personas ocupadas recibe ingresos menores o iguales a dicha cifra.
El resultado estuvo en línea con la desaceleración económica que afecta a Chile desde mediados de 2014 y que se acentuó el año pasado, al terminar con un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 1,6%.
El sueldo recibido por los hombres se ubicó por encima del promedio nacional, al llegar a $ 601.311, mientras que el de las mujeres fue de $ 410.486, es decir, 31,7% más bajo. Así, la brecha de género creció por segundo año consecutivo, aunque aún se mantiene lejos del peor resultado de la década (-34,5 en 2011).
La diferencia entre el sueldo de hombres y mujeres varía de acuerdo a la categoría de ocupación y las horas trabajadas: en los ocupados a tiempo parcial baja a 28,3% y en los asalariados a 19,3%, en tanto que las mujeres que se desempeñan por cuenta propia perciben ingresos promedio 41,2% más bajos que los hombres.
Como se ha evidenciado a través de los años, a mayor estudio, mayor sueldo, lo que se volvió a repetir el año pasado: el ingreso medio para los trabajadores técnicos fue de $ 567.632, mientras que para los que recibieron una educación universitaria se empinó a $ 948.684.
Sin embargo, a iguales estudios, el sueldo sigue siendo desigual por sexo: las mujeres con formación universitaria reciben en promedio 20,3% menos por hora trabajada que un hombre en la misma condición, en circunstancias que en el caso de la formación técnica la brecha aumenta a 25,9%. Al considerar los postgrados, a los hombres se le paga 24% más por hora en relación a las mujeres.
La precariedad de los cuenta propia
La fragilidad de los empleos por cuenta propia queda en evidencia al comparar los sueldos de este tipos de trabajadores frente a los asalariados (que dependen de un empleador).
Así, la encuesta del INE reveló que los asalariados ganan dos veces más que los independientes, con un ingreso promedio de $ 572.901 frente a $ 286.502. Y dentro de los ocupados, el ingreso medio de la categoría Empleador fue 2,2 veces el ingreso medio de las personas asalariadas.
Según la ESI, el 35,6% de los trabajadores por cuenta propia trabajan 45 horas y más, y sus sueldos medios son casi el doble de quienes laboran menos de 30 horas a la semana.
Otro elemento que hace la diferencia son las instalaciones, ya que el ingreso de un cuenta propia que trabaja en calle o vía pública es incluso menor al promedio nacional, ubicándose en $ 270 mil el año pasado. En tanto, los independientes que trabajan en oficinas propias o arrendadas reciben en promedio $ 492 mil mensuales.
Decil más rico cede algo de terreno, pero aún sus ingresos son casi 30% del total
La concentración de la riqueza sigue disminuyendo en Chile, aunque a un paso lento. El año pasado, el 10% más rico de la población agrupó el 29,6% de los ingresos totales del país, 10,5 veces más que el decil más pobre, que apenas acumuló el 2,8%. Según los datos de la ESI, los deciles del 1 al 8 avanzaron respecto a los ingresos que concentraban en 2015, destacando el 8 y 4, que registraron los mayores aumentos en la participación del total de los hogares, en 0,4 y 0,3 puntos porcentuales, respectivamente.
El ingreso medio de los hogares llegó a $ 1.021.701, 2,4% más que en 2015, mientras que el per cápita superó los $ 327 mil, creciendo 4,6% anual. Al analizar el ingreso de los hogares por deciles, las cifras revelan que los siete primeros están por debajo del promedio nacional. En contraposición -y al igual que en los años anteriores-, los deciles más ricos (8, 9 y 10) lo superan.
Sobre la composición del hogar, persiste la tendencia de años anteriores: en el primer decil hay 4 personas por hogar, de las cuales 1 está ocupada; mientras que en el 10, hay 2,3 personas y 1,4 está ocupada.
Sueldos bajaron en seis regiones y los más bajos siguen en La Araucanía
El año pasado los ingresos medios nominales bajaron en seis de las quince regiones del país, concentrándose en la zona norte en línea con la desaceleración que registró la economía en la zona: en Arica cayeron 3,9%, en Tarapacá 6,2%, en Antofagasta 4,1% y Atacama 8,7%, a lo que se sumaron Los Lagos (-4,1%) y Magallanes (-2%).
El resultado se compara desfavorablemente con el observado en 2015, ya que en dicho ejercicio solo Valparaíso registró un descenso en los sueldos promedios, de 3%. De hecho, la baja base de comparación llevó a que la Quinta Región obtuviera el mayor aumento anual (8,9%), tras alcanzar un ingreso medio de $ 512 mil. Solo cinco de las quince regiones lograron un ingreso medio superior al promedio nacional de $ 517.540, entre ellas Magallanes, que fue la zona con el sueldo medio más alto del país al superar los $726 mil. En la otra vereda se ubicó La Araucanía, que pese a registrar un incremento anual de 3,5%, otra vez quedó como el más bajo nivel de ingreso de todo el país.
Como es habitual, la ESI analizó el fenómeno de la conmutación regional –ocupados que trabajan en una región distinta donde residen habitualmente-, destacando los casos de Arica y Antofagasta.
Por ejemplo, el 6,1% de los ocupados de Arica trabaja en otra región y percibe un ingreso mayor a los $ 368 mil que recibe una persona que vive y trabaja en la zona: la cifra sube a más de $ 814 mil al desempeñarse en Tarapacá y sube a $ 880 mil de laborar en Antofagasta.
¿Dónde creció más el ingreso?
Si bien los sueldos medios se estancaron en el país, hubo sectores de la economía que escaparon a la regla y registraron un aumento en los sueldos por sobre el promedio. Tal es el caso del comercio, rubro que concentra la mayor cantidad de ocupados del país, donde los ingresos crecieron 8,3% en comparación a 2015, a un promedio de $ 420.898. Un comportamiento similar se observó en la industria manufacturera, donde se elevaron 6,1%.
En la vereda opuesta se ubicó la construcción, donde la caída de 3,2% que registraron los sueldos fue otro signo del complejo momento por el que atraviesa dicha actividad desde mediados del año pasado, lo que se mantiene hasta hoy. En esta rama se desempeñan alrededor de 600 mil personas.
Al revisar las cifras por tipo de ocupación, dan cuenta de que persisten brechas bastante amplias según el tipo de cargo. Así, el personal directivo y miembros del poder ejecutivo reciben mensualmente unos $ 1.887.219, es decir 7,3 veces lo que ganan en promedio los trabajadores no calificados ($ 258.322), quienes son los que reciben los sueldos más bajos y a la vez concentran el 22% de los ocupados del país.
Los trabajadores asociados al comercio y servicios -que representan a casi el 16% de los ocupadosganaron en promedio poco más de $ 317 mil el año pasado, mientras que los oficiales, operarios y artesanos -el otro bloque mayoritario entre quienes tienen trabajo con 13,3% del total- recibieron un ingreso medio de $ 368.678.
Por jornada laboral, los trabajadores con 45 horas semanales de labores -que incluye a casi el 40% de los ocupados-, recibió un sueldo promedio de $ 578.505 y para quienes trabajaron más horas, el sueldo promedio subió a poco más de $ 591 mil.
En las empresas de 200 personas o más, el sueldo medio casi llegó a $ 700 mil, mientras que en aquellas con una plantilla entre 11 a 49 trabajadores apenas superó los $ 500 mil.